miércoles, 29 de mayo de 2013


-¿Tanto he cambiado? –le preguntó ella y él le respondió que no y, aunque era mentira, no era del todo mentira, porque aquella ligera sonrisa (que expresaba recatada y moderadamente una especie de eterna capacidad de entusiasmo) llegaba hasta aquí atravesando una distancia de muchos años sin haber cambiado para nada y lo dejaba confuso; le recordaba con tal precisión el aspecto que había tenido esta mujer que tuvo que hacer un esfuerzo para no percibir la sonrisa y verla a ella tal como era en este momento: era ya casi una mujer vieja.
Milan Kundera
En El Libro de los amores ridículos

miércoles, 6 de marzo de 2013

Si nos contásemos unos a otros lo que realmente hicimos, pensamos o soñamos, el mundo se reiría como loco, ¿y quién tendría entonces la energía y decisión necesarias para planificar guerras?

Lawrence Sanders
En El sexto mandamiento

viernes, 1 de febrero de 2013

No concibo, ni siquiera el Sexo, sin Humor. Todo homenaje o reconocimiento me parece risible, toda inauguración o graduación me parece ridícula, todo rito humano me parece hilarante, todo mártir, héroe o monumento me parece bueno para un choteo (a decir de Mañach), toda religión o creencia debe ser lo suficientemente inteligente para entender que el Humor se escribe con mayúscula como Dios?, como Comedia, como Amor, como Paz, como Orilla de Mar, como Chaplin o Macedonio Fernández.

Joel Sánchez
En: Librucho: El proceso creativo en la comedia

jueves, 24 de enero de 2013


…niños que no vacilan un ápice, ni que mencionar una fracción brevísima de una milésima de segundo, en reírse en la forma más vil y canallesca de todo aquel que interferido su paso por un elemento ajeno a la normalidad del trayecto tiene la desgracia de abatirse sobre la tierra…

… los niños viven el llamado del instinto puro y salvaje, instinto que los sume en la hilaridad convulsiva y procaz ante el hecho de ver caer una persona sustentando su grotesca figura en levitación inesperada…

…se reirán en esa forma sana y canallesca en que lo hacen, echando hacia atrás la cabeza, inclinándose hacia la izquierda, apoyando todo el peso del cuerpo sobre una pierna sin despegar la punta del otro pie del suelo. Tomándose con una mano el casi siempre delantal blanco y con la otra sosteniendo el portafolios hinchado y anónimo. Más que riendo gritando. 


ROBERTO FONTANARROSA
FRAGMENTOS POR QUÉ LOS NIÑOS VAN AL CIRCO 

miércoles, 9 de enero de 2013

El anciano rió estentórea y gozosamente, agitando su anatomía de la cabeza a los pies, y terminó diciendo que aquella risa era dinero, pues disminuía las cuentas del médico.

Mark Twain 
Tom Sawyer

SUPONGAMOS

Supongamos que usted en el momento en que lee esto se encuentra… ¿Cómo se encuentra? ¿Sí se ha sacado el rato para ver cómo está?, cómo está...