La cultura occidental concibe la experiencia de la risa como una
respuesta espontánea asociada al humor. No así las culturas orientales. Los
asiáticos cuentan desde hace miles de años con templos y clubes en donde las
personas van a reír. A ellos nos les parece ridículo reírse de manera
"inmotivada". Por lo tanto un reto de la medicina de la risa es
promover una cultura de la risa "inmotivada", de la risa como ejercicio,
como hábito saludable, como quien va a comer, a conversar, a tomarse un café, a
jugar parqués o fútbol.
La definición que aporta la RAE de espontaneidad es: “Expresión natural
y fácil del pensamiento, el sentimiento y la emoción. ¿Cómo hacer para aumentar
la probabilidad de que se presente una respuesta espontánea? Buena pregunta.
Pavlov, pionero de la psicología del aprendizaje hizo un experimento: cuando le mostraba el
alimento a un perro, también hacía sonar una campana; resultado, el perro
salivaba (respuesta espontánea-refleja-fisiológica). Más tarde, con solo oír la
campana, el perro salivaba. Conclusión: se puede aumentar la probabilidad de
una respuesta espontánea asociándola, o condicionándola con otro estímulo. ¿Qué
tal si usted empieza a asociar la respuesta de la risa con otro estímulo
relativamente indiferente, por ejemplo el acto de mirarse al espejo en las
mañanas?.
Ahora piense en esto: si en un momento dado dos personas tienen que
correr de improviso –suponga que se está cayendo una montaña– ¿Quién podrá
emitir la respuesta más eficaz, a saber, correr? ¿El que normalmente hace
ejercicio o el que nunca lo hace? o quién tendrá
más probabilidades de correr cuando el bus lo está dejando ¿Una persona que
suele correr como ejercicio o una persona que no hace ejercicio? es probable que el que corre por ejercicio arranque a correr detrás del bus y
que el que no, opte por esperar el siguiente.
Pasa lo mismo con la risa. La risa puede practicarse como un ejercicio. Correr puede
ser, en muchos casos, una respuesta espontánea, una respuesta que no se piense
mucho ante la necesidad de correr, pero existe una mayor probabilidad de correr si se practica. El cuerpo
está más dispuesto, los músculos que intervienen en el ejercicio están prestos
a moverse. Lo mismo ocurre con la risa. Es más probable reír de manera
espontánea si se practica la risa. Practicar la risa, ensayándola, hace que
aumente la probabilidad de reír de manera espontánea.
Por último, científicos ingleses han descubierto las bases neurofisiológicas de la
contagiosidad de la risa. Existe, nos explican, un "cerebro social"
con unas "neuronas espejo" que detectan la risa y preparan los
músculos para entrar en acción. La conclusión es clara: si usted se quiere reír
más. Rodéese de personas risueñas y asista a eventos o
grupos en donde las personas se rían. Vaya a ver comedia, vaya a reuniones
donde la gente ríe, hágase reír y haga reír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario